Una historia para contar: la conformación del Concejo de Medellín
LA GÉNESIS DEL CABILDO MUNICIPAL
Durante el periodo colonial se decía que "dónde no hay alcaldes y regidores no se puede llamar pueblo.” Esa afirmación que hacía alusión a un proceso dictaminado por el Concejo de Indias para darle orden jerárquico y organizacional a las fundaciones de pueblos y ciudades, se aplicó en la conformación de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, a partir del 2 de noviembre de 1675. En aquel tiempo, al lado de la quebrada Santa Elena, se había conformado un pequeño villorio de unas cuantas casas dotado de una plaza y erección de una iglesia. La Villa, bautizada en homenaje a la virgen de la Candelaria, entraba a ser parte del concierto de ciudades del Nuevo Reino de Granada. En la conformación de este nuevo poblado, el Gobernador Capitán General don Miguel de Aguinaga se había traslado desde la ciudad de Antioquia a dirigir el momento fundacional y luego a la expedición de la Real Cédula para establecer el Cabildo municipal.
El Cabildo sería la entidad encargada de velar por las necesidades primordiales para garantizar la vida y desarrollo en la villa. A través de la expedición de ordenanzas se procedía a la asignación de los ejidos, de estancias para las huertas y el ganado, el control del abasto de aguas, el control de los precios de mercancías y tierras que garantizaban el abasto de la villa, el de controlar la plaga de langosta, la de planear las corridas de toros y además de poseer la categoría de Tribunal de Justicia.
LOS PRIMEROS CABILDANTES
En su correría por la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, el gobernador Miguel de Aguinaga procedía a dictaminar Real Cédula para el nombramiento de los primeros cabildantes.
El proceso de elección dependía de la valoración que previamente a la asignación se hacía de cada uno de los enlistados a conformar el cabildo. El gobernador para elegir al futuro cabildante se amparaba por “el conocimiento de personas” que afirmaban acerca de las buenas costumbres y la virtud del candidato. Todo un variopinto de cualidades señaladas en cada Real Cédula fueron las razones para que el gobernador designara a los siguientes cabildantes:
Alfares Antonio López de Restrepo por sus buenos procedimientos, porque acude a la Santa Iglesia y da limosna.
El Capitán Juan Jaramillo de Andrade porque aportó 1600 pesos en oro para la construcción de la iglesia de la plaza mayor.
El Contador Antonio de Ateortua y Ossa por ser persona noble y principal de todas buenas partes.
Luis Gómez; la Real Cédula dice que este “a acudido fervoroso con sus limosnas y especial con una muy considerable de doscientos y cincuenta pesos de oro.”
De Francisco Días de Latorre se dijo que “se a ocupado personalmente en el fomento de la reedificación de la capilla mayor “
Del Sargento Mayor don Diego Beltrán de Castillo, se señaló de “que ha fomentado la obra y fábrica de la Iglesia, y por los méritos que tiene es elegido para el cabildo.” Similar descripción recibió el capitán Pedro Gutiérrez de Colmenares, y así se conformó el Cabildo.
AHM, Real Cédula elección del Cabildo, Tomo 1, Folio 46, 1675.
UNA CASA DONDE SESIONAR
Pero a los asignados por el capitán gobernador Miguel de Aguinaga, les faltaba un lugar donde poder sesionar. Si de ahora en adelante ocuparían los principales puestos de las misas dominicales, de las procesiones y en las corridas de toros, necesitaban un buen lugar donde poderse congregar a las labores designadas. Los encargados de conseguir la casa fueron el Alguacil Mayor Marcos de Rivera y Guzmán y el Alfares Antonio López de Restrepo, quien realizaron la gestión en la que consiguieron “Una casa que está en esta plaza y linda por la parte de arriba con la casa de Beatriz de Tavares y por abajo con el solar de las benditas animas, por la capacidad y conveniencia que tiene de puertas y cuartos y retribuyendo al dueño dello se obliga a este cabildo su valor por avalúo.” (La casa estaba en lo que actualmente se conoce como el Parque de Berrío, espacio rememorado como la antigua Plaza principal). Y fue en ese aposento en el que a partir del 26 de noviembre de 1675 el Cabildo de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, empezó sus funciones político-administrativas.
Fuentes