- Entre 2016 y 2019, la ESU reportó utilidades por casi $20 mil millones, pero entre 2020 y 2023 estas cayeron a $6 mil millones
- La ESU firmó un contrato estratégico vigente hasta 2027 por $300 mil millones, lo que representa una importante fuente de ingresos en medio de su recuperación financiera.
- Concejo insiste en la necesidad de implementar drones como apoyo a los cuadrantes de Policía dada su capacidad de control en tiempo real.
En debate realizado a la Empresa para la Seguridad y Soluciones Urbanas- ESU, centrado en su gestión, uso de recursos y resultados en seguridad ciudadana, el concejal citante Andrés Tobón, aseguró que como entidad descentralizada debe brindar una solución eficiente y no ser una carga fiscal para el Distrito. Destacó su capacidad operativa, autonomía y régimen contractual propio como ventajas frente al crimen que avanza más rápido que el Estado.
Sin embargo, advirtió que ampliar su objeto social más allá de la seguridad ha generado desvíos de enfoque, como ocurrió en la anterior administración con la contratación excesiva de servicios logísticos. Actualmente, la ESU no solo se encarga de seguridad, sino también de logística para eventos, iluminación, tecnologías, energía, trámites ciudadanos y proyectos de territorios inteligentes y sostenibles, explicó.
Agregó que, entre 2016 y 2019, la ESU reportó utilidades por casi $20 mil millones, pero entre 2020 y 2023 cayeron a $6 mil millones, acompañadas de un aumento en los gastos. Hoy la entidad muestra equilibrio con activos por $136 mil millones y pasivos por $133 mil millones, pero depende en gran parte de recursos del Distrito, enfatizó Tobón.
Hizo un llamado a recuperar la rentabilidad propia de la ESU y resaltó proyectos clave como el C5, centro de comando y control que dotará a Medellín de autonomía tecnológica en seguridad, previsto para 2027. También destacó el Proyecto Salomón, que incorporará inteligencia artificial, big data y analítica avanzada con una inversión estimada de $567 mil millones.
Por su parte, la cabildante Claudia Carrasquilla, segunda ponente, reconoció los avances en el uso de cámaras, pero insistió en la necesidad de implementar drones, dada su capacidad de control en tiempo real. Señaló que la vigilancia en cuadrantes sigue siendo ineficiente y la ciudadanía aún percibe ausencia de autoridad. Frente al proyecto de predicción del delito, recomendó la creación de un software enlazado con la Fiscalía para establecer diversos puntos de calor, que permitirá el análisis mediante un cruce que se hace con la big data que se tiene en Medellín.
Sobre el proyecto del SOC 360 (sistema operativo), también en manos de la ESU, propuso integrar a las empresas de seguridad privada de Medellín. Aunque su labor es en espacios como centros comerciales, colegios o unidades residenciales, la tecnología y recursos que poseen pueden complementar el sistema público. Su integración, afirmó, permitiría una vigilancia más amplia y permanente, clave en una ciudad que no cuenta con suficientes cámaras para cubrir todo el territorio.
Por su parte, el corporado Miguel Iguarán, tercer citante, destacó la necesidad urgente de fortalecer la línea de seguridad digital de la ESU, ante el aumento de los delitos informáticos. Señaló que se requieren más capacidades técnicas y operativas para enfrentar amenazas cibernéticas cada vez más complejas.
Iguarán también pidió claridad sobre la articulación de la ESU con nueve empresas de seguridad para evaluar si esta alianza genera valor real. Además, expresó preocupación por la situación financiera de la entidad ya que, en 2024, la empresa registró pérdidas operativas por más de $2 mil millones y una caída del 33 % en los ingresos por servicios prestados.
Concejales que intervinieron indagaron por el Robocop y su utilidad, asimismo, destacaron la confianza y los avances presentados, sin embargo, evidenciaron que anteriormente la ESU era rentable pero hoy se encuentra en números rojos, generando una alerta.
El gerente de la ESU, Camilo Zapata, presentó un balance mixto, si bien reconoció que entre 2020 y 2023 la liquidez de la entidad se redujo de $25 mil millones a $12 mil millones, principalmente por el aumento de costos operacionales y de nómina, también destacó avances recientes. En 2024 se redujeron gastos por $2.900 millones, en línea con la política de austeridad distrital, indicó.
Aunque la operación neta del año arrojó pérdidas por $1.252 millones, la utilidad operacional mostró una recuperación pasando de una caída por $2.419 millones en 2023 a una mejora de $300 millones este año.
Entre los nuevos ingresos, Zapata destacó un contrato con la Secretaría de Educación por $300 mil millones hasta 2027 y otro vigente con la Secretaría de Seguridad de Cundinamarca por $8 mil millones. Además, la ESU proyecta ofrecer soluciones de seguridad digital no solo al Distrito, sino también a entidades públicas y privadas del país y del exterior.





